Concepción Arenal y la Avellaneda
(Dedicado a Cataluña)
En nuestro afán por rescatar la memoria
extraviada en el tiempo, comenzamos una serie de artículos destinados principalmente
a investigadores. Esto no quiere decir que el interés y la utilidad para el
resto de lectores disminuya en grado alguno. La mayoría de las noticias tratarán
temas inéditos u olvidados en épocas muy remotas. Son una serie de sorprendentes archivos,
documentos y cartas de muy alto valor, esencial para la historia de
la literatura.
Tal es el caso particular que nos ocupa hoy altamentemente
significativo.
Hemos localizado unos insólitos versos cuya autoría
corresponden a Concepción Arenal. Los
cantares se mantuvieron inéditos hasta que una revista gallega los publicara en
1893 (casualmente el mismo año en que falleciera la eminente gallega) y hasta
hoy nadie ha reparado en ellos. La composición, como bien nos hace saber su autora en una histórica carta
que ya publicamos el año pasado, fue inmediatamente decomisada por la “aduana
literaria” que estaba perfectamente montada entonces. Por ese motivo no vieron la luz en su debido
momento. Para la total comprensión de las circunstancias especiales en que los
versos fueron compuestos, recomendamos encarecidamente leer: Una
histórica carta y un sonado homenaje (La
divina Tula, 4 de julio de 2013).
Como bien indica su título, “A Gertrudis Gómez de Avellaneda” fue
dedicada con entrañable gratitud a la insigne poetisa, escritora y dramaturga hispanoamericana
con motivo de la gigantesca serenata ofrecida por los obreros catalanes en
1859, vitoreándola con entusiasmo. La casualidad llevó a las manos de
Concepción Arenal, confinada en Potes, una carta que hablaba sobre los hechos acontecidos
en Barcelona que tanto conmovieron a la Avellaneda y al respecto dijo:
El hecho me impresionó fuertemente, tanto,
que no teniendo aquí con quién comunicar mi emoción, la comuniqué al papel y
luego quise comunicárselo al público.
Después de haber permanecido ciento veintiún años
en los estantes de una respetable biblioteca, el blog “La divina Tula” ofrece
en exclusiva esta composición poética, insólita y absolutamente desconocida, de Concepción
Arenal con un gran valor histórico.
A Gertrudis Gómez de Avellaneda1.
Ved como luce nítida aureola,
Que hasta
la envidia, a su pesar, respeta,
Fulgurando
en la frente del poeta
Sin
rival de la América española.
Tula es, es aquella que ensalzaran
Artistas
y poetas a porfía;
La
que, en la patria escena, recogía
El
laurel seductor que le brindaran.
¿Será solo ese grupo inteligente,
Al
que “Ilustre Senado” se llama,
Quien
tu nombre enaltece, quien aclama
La
noble inspiración de tu alma ardiente?
No; que el hijo del pueblo, a quien no escuda
De la
miseria su jornal precario
El
pobre, el aburrido proletario
Viene
a ti, cariñoso y te saluda.
Te agasaja, te ensalza y te respeta
Ese
pueblo que a tantos miedo inspira;
En el
vibran los ecos de tu lira…
¡Que
también es el pueblo un gran poeta!
¡Oh Cataluña, que abjurar hoy quieres
Irritantes
errores inhumanos;
Bien
prepara la guerra a los tiranos
Pueblo
que hace justicia a las mujeres!
Y justicia obtendrás, sí; que, a despecho
De la
ignorancia, para el mal fecunda,
El
día se avecina que confunda
Bien
y necesidad, fuerza y derecho.
Y tú, ilustre cubana, erguido el cuello
De
hoy más puedes llevar, y alta la frente;
Del
pueblo el homenaje reverente
Es de
todos tus lauros el más bello.
Bien se te alcanza, y demostrarlo quienes
De
gratitud el pecho conmovido;
Aun
así, como grande no has cumplido…
¡Tu
grandeza te impone otros deberes!
De “Baltasar”, autora insigne, escucha:
El
ser, sin corazón ni inteligencia,
Ostente
vergonzosa indiferencia,
Del
bien y el mal en la terrible lucha.
Es su derecho,
escrito está en el lado;
Mánchese
y use de él… Pero al talento,
Al
excelso, al divino pensamiento,
¿Le
es dado descender del propio modo?
Cuanto puede existir, y el orbe encima,
Su
fin ha de llenar, tiene un oriente…
¿Cuál
es, si el mal contempla indiferente,
Del
genio su misión sobre la tierra?
Cumple la tuya, pues la vil franquicia
Del
egoísmo imbécil no te alcanza;
Echa
tu nombre ilustre en la balanza,
Del
lado del amor y la justicia.
Es tu deber, oh Tula, es tu derecho,
El
gran ser que le dio a la harmonía
El
mágico poder, te dirá un día:
-De
ese sublime don, mujer, ¿qué has hecho?
¿Puedes llegar tranquila a su presencia
Si no
respondes al terrible cargo?
Deja
al ignaro vulgo en su letargo,
Sin
fe sin esperanza, sin conciencia;
Que si en siglos de ciego fanatismo
El
genio duda, y en dudar consiente,
Es en
cambio, entusiasta y es creyente
En
épocas de helado escepticismo.
Sabio moderador, que la balanza,
Que
pesa el bien y el mal, firme sostiene,
¿Se
precipita el mundo? Le detiene!
¿Quiere
pararse el mundo? Y él le lanza!
Hoy el genio es la fe. Tenla, oh cubana,
En el
creciente bien y alto destino
Del
pueblo, que te aclama en tu camino,
Y
escarnecido has de mirar mañana.
Si escuchas su gemido prolongado,
Si
sus hondas heridas ves abiertas,
Ora
estén por cadenas encubiertas
O por
arnés brillante y recamado.
Si aviesa, le calumnia la malicia,
Tu
dulce voz en su favor levanta,
Y de
ese pueblo desdichado canta
La
virtud, los dolores, la justicia.
O si sientes hervir dentro su pecho
Ciegas
pasiones que el error inspira
Enséñale
al compás de su áurea lira,
Que
nunca “lo imposible” es un derecho.
Si una sola verdad con tus cantares
Haces
sentir al pueblo que te escucha;
Si
das consuelo, en la incruenta lucha,
A uno
solo, no más, de sus pesares;
La página más bella de tu historia
Trazará
el sacro fuego que te inflama;
Dejar
al mundo un nombre: esa es la Fama.
Hacer
al mundo bien: esa es la Gloria.
Concepción Arenal Ponte.
1.- Arenal, Concepción. A Gertrudis
Gómez de Avellaneda. Galicia, Revista de ciencias, Letras, Artes y
Folk-lore. Establecimiento Tipográfico de la papelería de Ferrer. Editor Andrés
Martínez Salazar. La Coruña, 1893. PP. 429-431.
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