Phoebis Avellaneda. A la izquierda la hembra y a la derecha, el macho
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A una mariposa es la séptima composición poética de Gertrudis Gómez de Avellaneda
escrita en suelo gallego y octava en general de su larga obra.
Después de veinte tortuosos meses de estancia en La Coruña, la joven poetisa abandona la entonces capital de Galicia dirección Santiago de Compostela el 23 de marzo de 1838, justo el mismo día de su 24º cumpleaños. El viaje lo realizó junto a toda su familia en una lenta diligencia (Fueron trece largas horas durante las cuales recorrieron peligrosos caminos infectados de carlistas que deseaban instalarse en trono de España por la fuerza). El 26, después de descansar dos días y visitar la Catedral de Santiago, salen dirección Pontevedra, ciudad donde permanecerá una semana. El 2, en caballerías, viaja junto a su hermano Manuel hacia la localidad de Vigo. Allí se hospeda en la posada “La Vizcaína”, situada en la plaza de la Constitución. Y el cinco de abril a las diez de la noche abordan el vapor inglés Londonberry dirección Cádiz. Ese día, finalmente, se despediría de Galicia para nunca más regresar.
Después de veinte tortuosos meses de estancia en La Coruña, la joven poetisa abandona la entonces capital de Galicia dirección Santiago de Compostela el 23 de marzo de 1838, justo el mismo día de su 24º cumpleaños. El viaje lo realizó junto a toda su familia en una lenta diligencia (Fueron trece largas horas durante las cuales recorrieron peligrosos caminos infectados de carlistas que deseaban instalarse en trono de España por la fuerza). El 26, después de descansar dos días y visitar la Catedral de Santiago, salen dirección Pontevedra, ciudad donde permanecerá una semana. El 2, en caballerías, viaja junto a su hermano Manuel hacia la localidad de Vigo. Allí se hospeda en la posada “La Vizcaína”, situada en la plaza de la Constitución. Y el cinco de abril a las diez de la noche abordan el vapor inglés Londonberry dirección Cádiz. Ese día, finalmente, se despediría de Galicia para nunca más regresar.
La composición que
presentamos hoy en sus dos versiones (original de 1838 y corregida por la propia
autora en 1871) fue escrita con toda seguridad durante aquel periplo gallego…
Nótese la alegoría que
hace la poetisa entre el vuelo de la mariposa y su propio viaje que le llevará
a descubrir nuevos horizontes, “Gozosa y feliz”…
A UNA MARIPOSA
(Composición original)
Fugaz mariposa,
Que de oro y
zafir
Las alas
ostentas
Alegre y
feliz:
¡Cuál siguen mis ojos
Tu vuelo
gentil,
Que al soplo
desplegas
Del aura de
abril!
Ya rauda te lanzas
Al bello
jardín,
Ya en rápidos
giros
Te acercas a
mí.
Del sol a los rayos
Que empieza a
lucir,
¡Con cuánta
riqueza
Te brinda el
pensil!
Sus flores la acacia
Desplega por
ti,
Y el clavel
fragante
Su ardiente
rubí.
Abre la violeta
Su seno turquí,
La anémona
luce
Su vario
matiz.
Ya libas el lirio
Ya el fresco
alhelí,
Ya trémula
besas
El blanco jazmín.
Mas ¡ay! cuán en vano
Mil flores y
mil,
Por fijar se
afanan
Tu vuelo sin
fin.
¡Ay! que te ya te lleva
Tu audaz
frenesí
Do ostenta la
rosa
Su puro
carmín.
¡Temeraria, tente!
¿Do vas,
infeliz!...,
¿No ves las
espinas
De punta
sutil?
¡Torna a tu violeta!
¡Torna a tu
alhelí!
No quieras
¡incauta!
Clavada
morir.
Galicia, Abril
de 1838
Gertrudis Gómez de Avellaneda vestida con uno de sus colores preferidos. A la derecha Gundlach, el naturalista alemán.
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En la composición
Gertrudis se compara con el talentoso invertebrado, y sin imaginarlo siquiera,
años más tarde, el célebre naturalista de origen alemán Johannes Christoph
Gundlach Redberg, al descubrir revoleteando en su medio natural a una nueva
especie de mariposa en Cuba, la bautizó con el nombre de la célebre poetisa
(Phoebis Avellaneda). Gundlach había conocido a Gertrudis Gómez de Avellaneda
durante una recepción en el Palacio de los Capitanes Generales de La Habana en
1860. Su gran amigo, e íntimo de la Avellaneda, Ramón de la Sagra (eminente escritor y naturalista gallego) los presentó. A partir de entonces nació entre el científico y la
bella poetisa una sincera y larga amistad.
Gundlach, en un gesto
de delicadeza y reconocimiento, decidió inmortalizar a la Avellaneda de una
manera muy peculiar: bautizando a la también bellísima mariposa, joya de la
fauna cubana y descubierta por él, con el apellido de su antigua y predilecta amiga.
Los colores preferidos en el vestir de Tula y el revoletear inquieto de los
pasos durante aquel baile en que fueron presentados, le recordaban a la
mariposa.
A continuación transcribimos la misma composición, pero corregida por la propia autora en 1871 para insertar en sus obras completas.
A continuación transcribimos la misma composición, pero corregida por la propia autora en 1871 para insertar en sus obras completas.
A UNA MARIPOSA
(Versión corregida en 1871 por la autora)
Fugaz
mariposa,
que de oro y zafir
las alas despliegas,
gozosa y feliz.
que de oro y zafir
las alas despliegas,
gozosa y feliz.
¡Cuál siguen
mis ojos
tu vuelo gentil,
cuando reina te alzas
del bello jardín!
tu vuelo gentil,
cuando reina te alzas
del bello jardín!
Si le dan
riquezas
la aurora y abril
-de albores y aromas-
todo es para ti.
la aurora y abril
-de albores y aromas-
todo es para ti.
Te rinde la
dalia
su vario matiz;
su altiva hermosura
te presenta el lis.
su vario matiz;
su altiva hermosura
te presenta el lis.
Perfumes la
viola
-que evita el lucir-
te manda en las alas
del aura sutil.
-que evita el lucir-
te manda en las alas
del aura sutil.
Ya libas el
lirio,
ya el fresco alhelí,
ya trémula besas
el blanco jazmín.
ya el fresco alhelí,
ya trémula besas
el blanco jazmín.
¡Mas, ¡ay!,
cuan en vano
mil flores y mil
por fijar se afanan
tu vuelo sin fin!...
mil flores y mil
por fijar se afanan
tu vuelo sin fin!...
¡Ay!, que ya
te lleva
tu audaz frenesí,
do ostenta la rosa
su puro carmín.
tu audaz frenesí,
do ostenta la rosa
su puro carmín.
¡Temeraria,
tente!
¿Do vas, infeliz?...
¿No ves las espinas
punzantes salir?
¿Do vas, infeliz?...
¿No ves las espinas
punzantes salir?
¡Torna a tu
violeta!
¡Torna a tu alhelí!
No quieras ¡incauta!
clavada morir.
¡Torna a tu alhelí!
No quieras ¡incauta!
clavada morir.
Manuel Lorenzo Abdala
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