Esta
mañana he recibido gracias a la amable gentileza de un amigo el enlace a una
crónica publicada por la revista digital ON CUBA,
titulada Se vende esta casa, y se me
han puesto los pelos de punta.
¡De
punta!
El
que se venda una casa en Camagüey no daría para hacer una crónica ni para
alarmarse, pero es que la casa en cuestión no es una casa cualquiera. En esa
casona nació el 23 de marzo de 1814 nada menos que ¡Gertrudis Gómez de Avellaneda!
y allí vivió sus primeros veinte años.
Mientras
el Ballet Folklórico de Camagüey ensaya una nueva danza en honor a la Avellaneda basada en su famosa novela SAB (Algo que hemos leído y
aplaudido muy recientemente), los actuales dueños de la casa donde naciera la
ilustre poetisa (en su legítimo derecho) han colgado un curioso cartelito en la
puerta de SE VENDE (Y por si fuera poco el cartel aparece por duplicado como para
que se entere todo el mundo) En el enlace que me enviaba mi amigo Manuel Iglesias
me decía, “Mira esto, Manuel Lorenzo Abdala, para que te de un infarto!!! Tu y
muchos otros en Europa luchando porque la Real Academia de la Lengua Española
le dé el grado de académica post-morten
a la Avellaneda, y en Cuba unos desvergonzados lucrando con los rastros de su
legado...” No voy a cuestionar, de momento, a los actuales dueños de la casa, ya lo ha hecho mi amigo Manuel Iglesias. Yo solo me pregunto si así es como realmente algunas autoridades cubanas piensan
celebrar el bicentenario del natalicio de la escritora en marzo de 2014?
He
leído no hace mucho que en la isla se han formado diversas comisiones para los
actos por el bicentenario, y realmente la idea me ha parecido muy acertada
porque aquí en España está costando lo suyo el intento. Pero que Patrimonio
Nacional de Cuba pase por alto semejante venta me parecería una vergüenza y
hasta una falta de respeto a la memoria de una figura como Gertrudis Gómez de
Avellaneda.
Quiero
pensar que el problema se resuelva y se aproveche la ocasión para montar un
Museo, el que se merece nuestra divina Tula en su ciudad natal, justo en el año
de su bicentenario (como bien ha dicho el buen samaritano de Manuel Iglesias).
Manuel Lorenzo Abdala
A
continuación se reproduce el artículo original aparecido en la revista digital ON CUBA que hace
la crónica bajo la firma de Yuris Nórido que debe ser, imagino, un periodista de
la nueva generación.
Se vende esta casa
Hay calles de nuestras ciudades
que parecen mercados. Abundan los anuncios, pegados en ventanas, puertas y
cristales: Se vende un televisor, una batidora, un bastidor, un juego de sala,
una cámara de bicicleta, un DVD, una sobrecama, un motor de turbina, una
cortina, una silla de ruedas… No hay mucha noción del diseño en esos carteles,
mucho menos vocación estética. Ese oficio del rotulador, oficio de antaño,
parece que se ha ido perdiendo en estos tiempos de computadoras y arréglatelas
como puedas. Y los que venden o no tienen tiempo o no tienen talento o no
tienen gusto o no tienen ninguna de las tres cosas a la hora de confeccionar
sus avisos. Las faltas de ortografía hacen olas (el colmo, en una calle de Las
Tunas: “se benden un refrijerador y una tasa de baño nueba”, lástima que no
tenía la cámara a mano. Desde hace un tiempo, con las nuevas medidas, también
se anuncian bienes inmuebles. Así que no es extraño ver en un quicio un cartel
que reza “se vende este apartamento, con todo dentro”. Caminaba el otro día por
la calle Avellaneda, una de las más céntricas de la ciudad de Camagüey. Iba
leyendo los avisos, cuando descubrí uno que me hizo detener. Sobre una puerta
con motivos clásicos, dentro de un marquito de madera, ponían “SE VENDE ESTA
CASA”. Nada fuera de lo normal, hasta que uno se fijaba que en la fallada de
esa misma vivienda había otra inscripción: “Aquí nació y vivió Gertrudis Gómez
de Avellaneda. 1814-1873”. O sea, que en el Camagüey legendario está a la venta
la casa de la mismísima Tula. ¿Quién la compra?
A lo mejor el lector no sabe quién
fue la Avellaneda, aunque si es cubano es poco probable que no haya escuchado
hablar de ella. Para hacer el cuento corto: se trata de una de las más
renombradas escritoras del siglo XIX en Cuba, figura reconocida en el todo el
ámbito iberoamericano. Lo que se dice: un clásico. En Camagüey es una leyenda,
ocupa junto al prócer Ignacio Agramonte el lugar de honor entre los nacidos en
esa villa, una de las más antiguas de Cuba. Era de suponer que la casa en que
nació, como casi todas las casas natales de grandes hombres y mujeres en este
país, fuera por lo menos un museo o un centro literario. Ignoro las
circunstancias de este caso, habría que averiguar cuál ha sido la historia de
este inmueble. Ni siquiera sé si los que ahora lo habitan tienen algo que ver
con la poetisa y dramaturga. El caso es que ahora han puesto su casa en el
mercado inmobiliario. ¿No tiene el estado dinero para adquirirla? Debe ser que
no interesa demasiado, en Camagüey ahora mismo hay muchos centros culturales y
museos. Pero (me cuesta resignarme), la Avellaneda es la Avellaneda. Me he
puesto a pensar: ¿el hecho de que ahí naciera Tula incidirá en el precio de la casa?
¿Cuánto pedirán por ella? ¿El que compre la casa habrá leído la poesía de la
ilustre literata? ¿Será una persona con sensibilidades artísticas? ¿Qué diría
la Avellaneda si resucita? Es probable que no importe demasiado. En definitiva,
una casa es una casa. Piedra sobre piedra.
Yuris
Nórido
En esta casa nació La Avellaneda, según reza en la placa mucho antes de yo nacer, en el mismo Camagüey. Años despues cuando estudiaba el bachilleto uno de mis compañeros vivía ahí, pues los parientes de La Avellaneda ya se la habían vendido al parecer a la familia de este. Quiere decir, que si ahora estos la venden, no van a hacer algo distinto de lo que hicieron los parientes de La Avellaneda.
ResponderEliminarEs que alguién ha dicho lo contrario? Yo al menos no "culpo" a esa familia de vender la casa, culpo más bien a Patrimonio Nacional de Cuba por no interesarse por la compra, aunque de todas maneras, y pensándolo bien ahora mismo, me parece que esa venta se anuncia en un momento muy especial(Comienzo a sospechar...)
EliminarSoy camagueyano y he escuchado varias y recientemente, que el Gobierno Camagueyano les ha hecho varias ofertas, inclusive de otras casas, pero ellos no han transado, pues piden casi el doble de lo que realmente vale segun los precios que circulan en la isla. Reitero, esto lo he escuchado a varias personas, pero no me consta.
ResponderEliminarPavel
Muchas gracias Sr. Pavel por sus comentarios (yo tb soy camagueyano, de nacimiento)
EliminarEn cuanto al tema de SE VENDE ESTA CASA dispongo de información que contradice, de alguna manera, lo que usted deja por escrito en su comentario. Pero es algo que preferiría tratar privadamente con usted si me facilitara su dirección de e-mail para ello.
La mía, mi dirección de e-mail, es pública: manuel.lorenzo.abdala@gmail.com
Saludos cordiales,
Manuel Lorenzo Abdala
Sería una maravilla incluir todas sus obras en una biblioteca expresa para ella. No creo que venderla sea un sacrilegio, tal vez así alguien con más sensibilidad la adquiera.
ResponderEliminarme encantan sus cuentos aunque este es aburrido pero ponle mas entusiasmo recomiendalos en bibliotecas y promocionalo y veras que te ira mejor acuerdate de mi cuanto escribas un nuevo libro o una nueva historia me llamo karla mi facebook es karla margarita daza morales recuerda te admiro
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