diciembre 26, 2011

POESÍAS DE AMOR X

EL ÚLTIMO ACENTO DE MI ARPA


Con este poema, última composición lírica de la autora, cerramos el ciclo Poesías de Amor iniciado en el octubre pasado.
A partir del año 1850, Gertrudis Gómez de Avellaneda, abandona la lira para dedicarse por completo a la novela, al periodismo y especialmente al drama para el teatro.
Ponemos a disposición de los lectores el prólogo de la autora que apareció en la segunda edición de sus poesías completas de 1850 en donde declara el abandono de este género. A continuación del prefacio, el poema, pero no así el prólogo que anuncia La Avellaneda escrito por Don Nicasio Gallego, el cual aparecerá el treinta y uno de diciembre como regalo por el nuevo año.










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3 comentarios:

  1. Querida y admirada Tula:
    Que su arpa sonora sienta por mí fugaz vibración,me complace, aún en su fugacidad.Este tributo de amor que dedica a esta Rosa del trópico ardiente y su sirena hermosa del mar,será siempre correspondido.¡Cuánto siento que "su mirada turbada y mezquina",sólo en silencio me deba admirar.
    Su divinidad soberana,
    Leocadia de Zamora

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  2. Querida y también admira Carmen:
    Me deja sin el aliento febril que me caracteriza, y mi pluma no es capaz de responder como quizás merezca usted, al menos mientras pueda mi alma reorganizar las ideas respecto al corazón. Le prevengo, que necesitaré tiempo -lo bastante y suficiente- para asimilar su última correspondencia y desentrañar la profundidad de sus generosas ideas...
    Siempre a su entera disposición,
    Su alteza,
    GGA

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  3. Almas gemelas, aladas y en turbulento vuelo, Tula y Leocadia:
    Mucho me complace hallarles estremecidas y en auténtica correspondencia de epistolario y poesía, pues sin duda sóis almas vibrantes al son de la pluma (o el grafito) soñador y ardiente. Con trazos de fuego, intuyo, vuestros días van haciendo historia, más... no temáis que esos momentos sean fugaces porque justo la perfeción yace en todo aquello que, cual hermosa dama, se pierde en espejismos al doblar una esquina cualquiera: que fugacidad es aroma y ese todo lo impregna y perdura. E.S. de la Macaronesia

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