noviembre 05, 2013

PRELUDIO PARA UN ILUMINADO BICENTENARIO (XI)

 



El nacimiento de una agente
La Avellaneda, el gobierno, la Casa Real y un periódico "navideño"
 
En el post anterior nos quedaron pendientes algunos sucesos de capital importancia acaecidos antes y posterior al fallecimiento de la pequeña María Brenilde. Hoy trataremos sobre los mismos para analizar después, con conocimiento de causa, el tema que vinculó a la escritora como posible agente del gobierno y la Casa Real.
 
Comenzaremos recordando que durante los años 1843 y 1844 la Avellaneda, además de los éxitos teatrales y fama internacional alcanzados, fue premiada durante los actos oficiales por la mayoría de edad de Isabel II al componer una histórica obra en la que enaltecía los valores de la joven reina (1). Ese fue el primer vínculo con la Casa Real, el punto de partida.
 
En agosto de 1844, por las especiales circunstancias que vive la poetisa (está embarazada), piensa en retirarse y compone Adiós a la lira, un bello canto de despedida, considerado como una de sus mejores composiciones líricas. Pero pasado un tiempo, al enterarse del concurso poético propuesto por Vicente Bertrán de Lis y animada por todos sus amigos, recupera el aliento y compone las famosas odas que posteriormente fueron premiadas.
 
Aquel controvertido certamen público del que tanto se habló durante el verano de 1845, le valió a la escritora, entre otras cosas, para hacerse meses más tarde con la dirección de La Gaceta de las mujeres, publicación que comenzó llamándose El defensor del bello sexo y que a partir del 1 de noviembre se llamaría Álbum de las damas. Este último cambio de nombre pudo estar relacionado con una rara polémica surgida entre ella y su amigo Nicomedes Pastor Díaz que era Secretario del Banco de Isabel II.
 
El desafortunado mal entendido fue posteriormente aclarado gracias a la intermediación del escritor y diputado en las Cortes Valencianas D. Pedro Sabater, idólatra de la poetisa en grado muy superior y el que se convertiría en su primer marido poco tiempo después. El diputado valenciano era a su vez íntimo amigo de Ramón María de Narváez, a través del cual obtuvo en 1846 el codiciado cargo de Jefe Político de Madrid.
 
El clamor público en su edición del 30 de octubre de 1845, publicó una curiosa carta escrita por la Avellaneda aclarando los pormenores de la polémica antes mencionada. Dicha polémica fue iniciada en la redacción del periódico El globo (enemigo de la poetisa y del gobierno), encargado de sacar a la luz el escándalo (supuesta negativa de Nicomedes Pastor Díaz como colaborador en las publicaciones de la escritora). En realidad el objetivo de ambos periódicos era el de hacer daño, en otro sentido: el político.
 
La poetisa, sin proponérselo directamente, se comprometía cada vez más, con la clase política que gobernaba y con la Casa Real. Y es sobradamente conocido que, a través de los tiempos, el poder (el gubernamental y el factico), ha utilizado a los intelectuales para hacer valer sus doctrinas.
 
El siete veces Presidente del Consejo de Ministros de España D. Ramón María de Narváez fue protector y amigo íntimo de Gertrudis Gómez de Avellaneda. Sin dudas facilitó a la poetisa el camino para su rápido ascenso y muchas relaciones. A cambio pudo utilizar la fuerza y el poder intelectual de ella, para hacer valer sus doctrinas, las del gobierno. Pero de ninguna manera utilizó unas supuestas relaciones sentimentales, sugeridas por algunos historiadores, porque jamás fueron amantes ni mucho menos.
 
El blog La divina Tula ha analizado varios documentos y cartas escritas por Narváez a la Avellaneda (y de ella hacía él), y en ningún caso se hace notar acercamiento amoroso alguno. Por lo que al no existir, de momento, documento que pruebe dicha teoría, desestimamos la posible relación sentimental que pudiera haber existido entre el general y la escritora. No olvidemos que Narváez le llevaba quince años a la Avellaneda, y es bien conocido que la poetisa “prefería pollos a gallos”, o sea: sentía predilección sentimental, únicamente, por los hombres mucho más jóvenes que ella.
 
El reino de España, a pesar de la estabilidad política lograda con el gobierno de Narváez, tenía un capítulo pendiente por resolver: se trataba a nivel europeo el controvertido matrimonio de la joven Isabel II.
 
Entre los candidatos propuestos para el conveniente enlace, figuraba el jovencísimo conde de Trápani, hermano menor de Francisco II, rey de Nápoles, y tío de la reina casadera, pues era hermano de María Cristina, la reina madre. Esta candidatura, propuesta inicialmente por D. Juan Donoso Cortés (2), era la defendida por Narváez y un amplio sector del gobierno.
 
El posible enlace entre Isabel II y el conde de Trápani lo creían muy beneficioso las grandes potencias europeas como: Inglaterra, Francia y hasta el mismísimo reino de Las Dos Sicilias que tardíamente reconoció la ascensión al trono de Isabel II. En contra estaban Austria (imperio que no tenía mucho peso frente las potencias antes mencionadas) y una fracción española que pensaba había demasiados borbones en el poder y que creían al conde napolitano bajo las garras de los jesuitas, orden religiosa expulsada de España diez años antes.
 
En el post anterior habíamos dicho que, gracias al certamen público del Sr. D. Bertrán de Lis, la Avellaneda fue invitada a los Reales sitios (El Escorial y La Granja). Hoy queremos añadir que en el primero de aquellos palacios compuso una famosa obra a petición de S.A.R. D. Francisco de Paula titulada, Al Escorial y que, según palabras suyas en carta a Ignacio de Cepeda, “Arrebató a Madrid”. Después, durante su paso por La Granja compuso un soneto dedicado a Bernardino Fernández de Velasco y Benavides, duque de Frías (3) (recién vuelto a la actividad política), respondiendo a otro que él le había dedicado. Y por si esto fuera poco, la poetisa compuso una oda dedicada a S.M. la Reina, homenajeándola por su quince cumpleaños. El general Narváez (elevado en aquellos días a la dignidad de duque de Valencia y grande de España por la propia reina) fue el que hizo la petición a la escritora. Esta composición fue publicada por El Heraldo el 19 de noviembre.
 
Demasiadas vinculaciones con la Casa Real en tan poco tiempo han hecho pensar a algunos investigadores actuales que el artículo “Sobre la capacidad de las mujeres en el gobierno” aparecido en La ilustración: Álbum de las damas donde la Avellaneda defiende la capacidad femenina para gobernar pueblos y administrar los intereses públicos, fuera encaminado únicamente a potenciar la estabilidad que España quería brindar a Europa con Isabel II en el trono. Es cierto que la escritora apoyaba al gobierno de la joven reina. Pero nosotros creemos que iba mucho más allá. Gertrudis Gómez de Avellaneda estaba convencida del menospreciado potencial femenino por parte de algunos hombres, y lo que hizo fue demostrar lo contrario en su artículo, aunque el asunto tratado le costase algo caro, históricamente hablando.
 
Todo parece indicar que Narváez, oído el parecer y puesto de acuerdo con el experimentado duque de Frías y con el propio Juan Donoso Cortés (artífice de la candidatura Trapani para el enlace con Isabel II), eligieran a la Avellaneda como la intermediaria ideal para gestionar un periódico que defendiera la candidatura del conde napolitano. La joven y premiada escritora, además del talento y la impresionante belleza, poseía la capacidad necesaria para tratar y resolver asuntos tan complejos como los que le competían al Estado. Y el gobierno debía resolver un asunto muy urgente: poner en circulación inmediata un periódico que fuera capaz de competir con otro que, además de haber ofendido al general, desestimaba la candidatura Trapani para el enlace con la Isabel II.
 
La Avellaneda, al ser preguntada al respecto durante una amistosa reunión, propuso al editor dandy del momento, D. Benito Hortelano (4) que, a pesar de ser enemigo acérrimo de Narváez, sería el único capaz de resolver tal asunto en escasas horas. Narváez no dudó un instante en aceptar la sugerencia y designó a la mismísima Avellaneda como mediadora directa en el asunto.
 
Y así fue como nació el agente Gertrudis Gómez de Avellaneda. Mediación que ha llegado a sorprender, curiosamente, a algunos historiadores contemporáneos cuando los acontecimientos eran harto conocidos desde principios del siglo XX. El propio Benito Hortelano los narró en sus Memorias (5) y lo corroboró de alguna manera (al menos su participación en los hechos) el historiador Antonio Pirala (6). Además el tema fue publicado en 1957 por la revista Blanco y Negro (7) y también apareció en otro artículo de una revista de la Diputación Provincial madrileña (8).
 
Todo comenzó en medio de la Nochebuena del 24 de diciembre de 1845. Serían pasadas las diez cuando se apareció la Avellaneda en casa de Benito Hortelano acompañada del entonces jovencísimo Antonio Pirala.
Menuda sorpresa se llevó el famoso Sr. Hortelano al ver en medio de semejante celebración a la mismísima Gertrudis Gómez de Avellaneda.
 
Continuará…
 
Manuel Lorenzo Abdala
 
 
Avance:
En el siguiente post narraremos y analizaremos los acontecimientos tal y cómo sucedieron entonces, según nos han hecho saber los protagonistas en sus escritos.
 
 
Citas:
 
 
(2)   Juan Donoso Cortés (Badajoz, 1809 - París, 1853) Filósofo, literato, político y diplomático español. Se dio a conocer políticamente en 1832 con Memoria actual de la monarquía, en la cual propugnaba un institucionalismo moderado al estilo de la Carta Otorgada francesa, y que por su oportunidad le llevó al Ministerio de Gracia y Justicia.
Más ligado a la corona que al liberalismo, se opuso a las ideas progresistas, en especial después del motín de La Granja y de la promulgación de la Constitución de 1837. Parlamentario moderado del grupo de Narváez, los intentos revolucionarios de 1848 provocaron su renuncia pública al liberalismo.
Después de su primera estancia en Francia, en contacto con el ultramontanismo de Bonald y De Maistre, escribió Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo (1851), en el que expone que la secularización de la sociedad y el liberalismo son obra del orgullo humano; el castigo de este pecado es la revolución, evitable mediante la sumisión al cristianismo y a la Iglesia católica.
 
(3)   Bernardino Fernández de Velasco y Benavides (Madrid, 1783-1851),  Fue un noble (XIV Duque de Frías, IX Duque de Uceda, XIV duque de Escalona, XVI conde de Oropesa, XIV marqués de Villena, XI Conde de Peñaranda y XII Marqués de Frechilla y Villarramiel), político, militar, diplomático y escritor español.
En 1823, con la restauración del absolutismo, se exilió en Montpellier hasta que en 1828 regresó nuevamente a España. En 1838 fue elegido senador por León y ese mismo año Presidente del Consejo de Ministros de España.
Después de un período de inactividad, en 1845 regresó a la actividad política como senador vitalicio, si bien dedicó su mayor tiempo a la literatura.
 
(4)   Benito Hortelano Balvo (Chinchón, 3 de abril de 1819 - Buenos Aires, 13 de marzo de 1871), periodista, editor y escritor español. Hijo de agricultores. Trabajó en el campo hasta los diecisiete años, momento en que se traslada a Madrid, pasando de ser un jornalero de Chinchón a convertirse en un típico dandy decimonónico. En Madrid se dedicó al periodismo, implicándose políticamente en el Partido Liberal, apoyando al general Baldomero Espartero y luchando contra el general Narváez.
Colaboró con el filósofo y teólogo Jaime Balmes en la publicación de varios de sus libros, y cuenta en sus Memorias que conoció a la poetisa cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda. Participó en la revolución de Madrid del 7 de mayo de 1848 y, por motivos políticos y económicos, tuvo que exiliarse, primero a Francia y después a Buenos Aires, ciudad donde alcanzó cierta notoriedad en el campo del periodismo y la edición. Fue uno de los fundadores de la "Sociedad Tipográfica Bonaerense"
Publicó en Buenos Aires la Revista España y un Tratado de Tipografía y en el año 1860 escribió sus Memorias que publicó la Editorial Espasa Calpe en el año 1936. En estas memorias dejó sus recuerdos de niñez en su Chinchón natal y un resumen de su ajetreada vida que da cabida a excelentes noticias sobre las publicaciones de su tiempo.
 
(5)Hortelano, Benito. Memorias de Benito Hortelano. Editorial Espasa-Calpe. Madrid 1936.
 
(6)Antonio Pirala Criado (Madrid, 27 de marzo de 1824 - Madrid, 22 de junio de 1903), historiador y político español, conocido por sus obras sobre la historia de las Guerras Carlistas. Fue jefe superior de administración civil e individuo de número de la Real Academia de la Historia. Dirigió en Madrid El Profesorado (1857) y colaboró en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid, Flor de la Infancia (1868), La Ilustración Española y Americana, La España Moderna, Gente Vieja (1902) y otros periódicos y revistas. Liberal progresista, fue individuo de honor y mérito de la Academia de Profesores de Primera Enseñanza de Madrid. Colaboró en la Enciclopedia moderna de Francisco de Paula Mellado.
En Anales de la guerra civil (1853) esboza su futura obra sobre las guerras carlistas y analiza las dos primeras. Historia de la guerra y de los partidos liberal y carlista aumentada con la regencia de Espartero (1868). En 1875 se editaría la continuación, Historia contemporánea: Anales desde 1843 hasta la conclusión de la actual guerra civil. Años más tarde la prolongó hasta el fallecimiento de Alfonso XII.
Antonio Pirala almacenó datos y documentos de todas las procedencias, ya que sostuvo una gran amistad con los principales protagonistas de las guerras carlistas y estos le cedieron sus documentos personales. Es citado y considerado como fuente indispensable para el conocimiento profundo de esa época.
 
(7)Bordes M. Hortelano, Alicia. Blanco y Negro (Suplemento del ABC) 26 de octubre de 1957. P 109-110
 
(8)Bordes M. Hortelano, Alicia. Hombres ilustres de la provincia de Madrid. Revista Cisneros. Diputación Provincial de Madrid, 1954. Página 46.
 
 
 
Bibliografía consultada (solo parte de ella):
 
Semanario pintoresco español, Revista literaria El español, La posdata, El eco de las provincias, La esperanza, El heraldo, El eco del comercio, El espectador, El fandango, El Universal (Hemeroteca, BNE)
 
 
 
 
Hortelano, Benito. Memorias de Benito Hortelano. Editorial Espasa-Calpe. Madrid 1936.
 
Donoso cortés, Juan., Obras Completas, tomo 2º, Madrid, 1946.
 
Simón Palmer, María del Carmen. Gertrudis Gómez de Avellaneda, agente político. Studi Ispanici. Instituti Editoriali e Poligrafici Internacionali. Pisa, Roma 2005. PP 341-348
 
Cabello Díaz, María Encarnación. El conde de Trápani, breves datos biográficos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario